Energía y metabolismo
Mejora la producción de energía y acelera tu metabolismo
Necesitamos producir energía de forma eficiente si queremos acelerar nuestro metabolismo y obtener todos sus beneficios relacionados: mantener un peso saludable, sentirnos más activos...
¿Cómo producimos energía?
Las mitocondrias son las encargadas de producir energía. Tenemos entre 200 y 2.000 en cada célula, dependiendo de nuestras necesidades energéticas, siendo nuestras neuronas las que más cantidades acumulan.
Estas organelas producen ATP (Adenosina Trifosfato) que está formada por adenina, ribosa y tres grupos de fosfatos cuyos enlaces liberan la energía al romperse.
Para poder llevar a cabo una correcta producción de ATP, las mitocondrias precisan contar con oxígeno y una serie de cofactores, moléculas orgánicas auxiliares o coenzimas:
Coenzima Q10
Ácido alfa lipoico
Magnesio
Ribosa
y Vitaminas B2 y B3.
Todas ellas imprescindibles en el proceso. De producirse un déficit en los niveles necesarios de alguna, la producción se vería afectada, reducida.
Baja producción de energía, metabolismo lento
Una de las principales causas de la disminución de la producción de energía en nuestro organismo es la falta de alguno de los cofactores mencionados anteriormente, normalmente por una mala alimentación basada en la ingesta de calorías vacías, sin valor nutritivo.
Y por supuesto, está el estrés oxidativo. Y es que a la vez que fabrican energía, como sucede en todo proceso que involucra oxígeno, las mitocondrias también producen un radical libre llamado superóxido, (unos 2kg al año en adultos) y este residuo, acaba dañándola a ella...
De modo que, si queremos evitar el deterioro de nuestras mitocondrias, mejorar nuestros niveles de energía y el funcionamiento de nuestro metabolismo en general, lo ideal sería:
Tener una dieta saludable y equilibrada que nos aporte todos los nutrientes necesarios y antioxidantes para defendernos frente a los radicales libres.
Reducir nuestra exposición a agentes oxidativos todo lo posible: la sobreexposición al sol, el alcohol, contaminantes ambientales, toxinas varias, estrés...
Realizar ejercicio moderado de forma contínua y mejorar la oxigenación de nuestros tejidos mediante técnicas de respiración etc..
Considerar, tras consultarlo con nuestro médico, la suplementación con resveratrol. Un antioxidante que no solo ha demostrado ser muy efectivo contrarrestando los daños que aceleran el envejecimiento, sino que además favorece la creación de nuevas mitocondrias..
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