Neuroinflamación
¿Cómo la combatimos?
Según nos explica Antonio Valenzuela, fisioterapeuta, máster en psiconeuroinmunología clínica, autor de varios libros y divulgador:
La inflamación es un sistema de defensa necesario en el organismo. El problema sucede cuando ésta se mantiene constante en el tiempo, es decir: se cronifica.
¿Qué causa la neuroinflamación?
Son muchos los agentes causantes de la neuroinflamación del hipotálamo, el estrés crónico juega un papel muy importante, pero también debemos señalar:
Hábitos de alimentación desordenados. El cerebro y nuestro sistema digestivo están directamente conectados y muchas de nuestras acciones influyen en su equilibrio: comer por comer (sin hambre), beber sin sed y además líquidos con calorías añadidas... Todo esto provoca confusión en el cerebro que acaba alterando nuestras conductas. Dejamos de tener sensación de hambre y nuestro entorno hormonal también se ve afectado, deja de indicarnos que estamos saciados y dispara en nosotros una demanda de ingesta de calorías constante.
Dietas inflamatorias: altas en grasas y carbohidratos simples.
Microbiota desequilibrada.
Daños por radicales libres causados por todos los agentes oxidativos tanto internos como externos: estrés, contaminación ambiental, alcohol y tabaco, pesticidas en los alimentos, tóxicos, medicamentos, falta de sueño reparador...
Lo curioso es que, como existe una comunicación constante entre el cerebro y nuestro sistema inmune (el primero es precisamente el encargado de controlar al segundo en su actividad inflamatoria defensiva) cuando se inflama el hipotálamo, deja de ejercer ese control y es cuando aumenta nuestra predisposición a toda una serie de enfermedades de tipo degenerativas crónicas (artritis reumatoide, alzheimer, parkinson..) Por lo que, si queremos reducir la inflamación en el resto de nuestro cuerpo y volver a tener un control eficiente de nuestro sistema inmunitario, primero deberemos reducir la neuroinflamación del hipotálamo.
Síntomas de inflamación
La neuroinflamación del hipotálamo no duele, pero tiene otras señales:
Acusamos sueño, cansancio, tras las comidas.
Tenemos alterada nuestra conducta alimentaria: no sentimos saciedad aun dándonos un atracón.
Sufrimos niebla mental: dificultad para pensar, expresarnos o recordar.
5 Formas para combatirla
Escuchar música binaural con auriculares. Los distintos sonidos simultáneos ejercen un efecto relajante y reequilibrante en nuestro cerebro.
Reducción de nuestro nivel de estrés. Cualquier actividad que favorezca la relajación y la reducción del cortisol en nuestro organismo: respiración profunda, meditación, yoga..
Probióticos. En especial uno en concreto: Bacilus suptilis. Lo encontramos en forma de suplemento o también lo obtenemos mediante la práctica del grounding, ya que se encuentra presente en la tierra.
Alimentos beneficiosos: pescado azul, aguacate o aceite de oliva (ricos en omega 3); arándanos, fermentados (kombucha, kefir, chucrut)
Magnesio: suplementación en forma de acetil taurato de magnesio o treonato de magnesio.
A parte de todo lo mencionado, es importante cuidarnos y reducir la inflamación, porque cuando tenemos el cerebro inflamado, somos más propensos a los pensamientos negativos, al miedo, al estrés, ansiedad, a las emociones negativas en general, que a su vez, empeoran la inflamación y además, no nos permiten disfrutar de la vida al máximo en nuestro camino hacia una longevidad activa y saludable...