¿Qué es el "hambre emocional"?

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hambre emocional
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¿Qué es el "hambre emocional"?

El hambre emocional ocurre cuando una persona come en respuesta a sus emociones, ya sean positivas o negativas, en lugar de comer para satisfacer una necesidad fisiológica de nutrientes y energía.

Este tipo de hambre puede ser desencadenado por una variedad de emociones como el estrés, la tristeza, la soledad, el aburrimiento, la alegría, la ansiedad, entre otras.

¿Cómo lo identificamos?

El hambre emocional puede estar relacionado con diversos factores. Uno de ellos es el estrés, ya que cuando estamos bajo presión tendemos a buscar consuelo en la comida. Además, ciertos alimentos ricos en azúcar y grasas pueden desencadenar la liberación de endorfinas, lo cual nos hace sentir bien temporalmente y nos lleva a comer más de lo necesario.

Otro factor que contribuye al comer por ansiedad es la falta de conciencia plena al momento de comer. Muchas veces comemos de forma automática, sin prestar atención a nuestras señales de saciedad y sin disfrutar realmente de la comida. Esto puede llevarnos a comer en exceso sin siquiera ser conscientes de ello.

Signos o características comunes

Es importante aprender a reconocer las señales para poder abordar este problema para mejorar tu bienestar general y prevenir problemas relacionados con la alimentación, como el sobrepeso y la obesidad.

Los signos más comunes son: 

  1. Antojos repentinos de alimentos específicos, especialmente aquellos altos en azúcar o grasas.

  2. Comer sin tener hambre física real.

  3. Sentir culpa o remordimiento después de comer en exceso.

  4. Comer rápidamente, sin saborear la comida.

  5. Buscar constantemente alimentos reconfortantes en momentos de estrés o tristeza como mecanismo de escape. Evitando con ello afrontar emociones negativas o situaciones que nos resultan estresantes. 

¿Cómo lo combatimos?

Si identificas que estás comiendo por ansiedad o "hambre emocional", existen diversas estrategias que puedes implementar para solucionarlo:

  • Identifica tus desencadenantes emocionales y busca alternativas saludables para lidiar con ellos, como practicar ejercicio, meditar o hablar con alguien de confianza.

  • Practica la conciencia plena al comer. Presta atención a tus señales de hambre y saciedad, saborea cada bocado y come de forma consciente.

  • Encuentra actividades que te brinden placer y satisfacción, distintas a la comida. Esto puede incluir hobbies, salir a caminar, leer un libro o escuchar música.

  • Busca apoyo emocional si sientes que no puedes manejar tus emociones por ti mismo. Un terapeuta o consejero puede ayudarte a desarrollar estrategias saludables para lidiar con la ansiedad.

  • Mantén un estilo de vida saludable en general, incluyendo una alimentación equilibrada, ejercicio regular y suficiente descanso.

Conclusión

El hambre emocional es un desafío común, pero con conciencia y determinación, es posible transformarlo en una oportunidad para crecer y mejorar nuestra relación con la comida. Aprender a gestionar nuestras emociones de manera saludable no solo nos ayuda a controlar los impulsos alimentarios, sino que también nos conduce hacia una vida más equilibrada y plena.