Cuida tu voz interior
El impacto de nuestros pensamientos
Salud y pensamientos
El cuerpo humano, la mente, no son capaces de detectar si un pensamiento es real o inventado. Por ello, si ante una situación cualquiera inundamos nuestra mente con pensamientos catastrofistas, nuestro cuerpo responde de inmediato: nos pone en alerta, dispara el cortisol (la hormona del estrés) y en general, activa el estado de emergencia en todo nuestro organismo (el sistema nervioso simpático). Lo peor de todo, es que es probable que al final no suceda nada de lo que habíamos imaginado...
Y la ciencia lo ha demostrado: nuestros pensamientos tienen un impacto directo en nuestro estado de salud.
Niveles elevados de cortisol en nuestro organismo mantenidos en el tiempo no solo tendrán repercusiones físicas y psíquicas: irritabilidad, niebla mental, depresión, ansiedad, taquicardia, pérdida de cabello, incremento de grasa abdominal, inflamación, menor capacidad inmunitaria.. también acaban desarrollando variedad de enfermedades relacionadas con el estrés crónico.
En conclusión: el pensamiento negativo es tan destructivo para nuestro organismo que llega a reducir nuestros años de vida..
Cuidar nuestra voz interior
Otro factor muy decisivo, es ser conscientes de cómo nos hablamos a nosotros mismos: la calidad de nuestra red neuronal por defecto. Cuidar la salud de estas opiniones o críticas hacia nosotros mismos que son directamente proporcionales a la salud de nuestra autoestima y a la actitud con la que enfrentamos la vida, nuestro día a día.
Si detectamos que tenemos hábitos que resultan dañinos para nosotros o para nuestros hijos (a los que influenciamos de forma tan importante) debemos sustituirlos poco a poco hasta eliminarlos por completo. Ser pacientes con el proceso e ir celebrando los pequeños cambios.
Está comprobado que la práctica del pensamiento positivo nos ayuda a resolver problemas de comunicación, estrés, angustia, remordimientos, soledad...
Recuerda que nuestra mente no diferencia un pensamiento real o inventado. Por lo que si te cuesta cambiar tus hábitos de pensamientos negativos o creencias que tienes muy enraizadas, ¡imagínatelo! empieza a decirte que lo estás consiguiendo, que estás cambiando: tu mente hará lo posible por darte la razón.
Y es que los mensajes positivos, amorosos y compasivos hacia nosotros también activan una respuesta en nuestro organismo: hacen que segreguemos oxitocina, dopamina y endorfinas varias. Reducen los niveles de cortisol y además consiguen crear en nosotros nuevos circuitos cerebrales (neuroplasticidad) haciéndonos sentir más relajados, más capaces y en definitiva, ¡más felices!