5 técnicas para ser más felices

Según el Dr Mario Alonso Puig

Ser felices nos alarga la vida un 35%

Varios estudios afirman que existe una correlación entre la felicidad y la longevidad: Ser felices nos hace más propensos a vivir más, pero aunque no fuera cierto, lo que es seguro es que nos hace la vida mucho más agradable...

El Dr. Mario Alonso Puig, con más de 20 años de experiencia en el campo de la investigación sobre las capacidades humanas, nos ofrece unas sencillas pautas que nos pueden servir para elevar nuestros niveles:

  1. Ser conscientes de nuestra cara y emociones:

La cara es una de las partes del cuerpo con más receptores, y el cerebro está constantemente tratando de averiguar lo que expresa la cara. Si fruncimos el ceño, el cerebro entiende que debe estar alerta y que estamos enojados. Pero si de forma consciente cambiamos nuestros gestos, podemos llegar a engañar al cerebro y cambiar mucho antes nuestro estado emocional. 

Por ejemplo: si notamos que estamos molestos,  debemos esbozar una sonrisa. El hecho de sonreír provoca confusión en el cerebro y el enfado nos durará mucho menos..

  1. Controlar nuestro diálogo interno:

A menudo somos muy cuidadosos con las palabras que les decimos a los demás, pero muy críticos y exigentes con nosotros mismos. Dirigimos hacia nuestra persona pensamientos crueles o derrotistas que pueden llegar a crear emociones tóxicas si los vamos manteniendo en el tiempo: no vales para nada, no sé ni para qué lo intento, volveré a fracasar como siempre...

Es muy importante cambiar este diálogo por pensamientos más positivos, de esta forma evitaremos alimentar una emocionalidad negativa que nos eleva los niveles de cortisol

  1. Reducir nuestros niveles de estrés: 

El estrés que padecemos se va acumulando en nuestro cuerpo. Va creando una carga alostática que acaba provocando defectos en nuestra eficiencia: perdemos concentración, nos volvemos más irritables, padecemos insomnio, nos sentimos cansados e incluso acabamos enfermando. 

Por ello, es importante ir limpiando estos residuos hormonales, radicales libres, para que no alcancen niveles tóxicos.

Por ejemplo: 

  • Realizar series de 10 respiraciones de forma consciente cada 2-3 horas: respirar profundo, mantener unos segundos y espirar lentamente. 

  • Practicar la técnica de Edmund Jacobson: respirar, cerrar los puños con fuerza y liberar.. (tensar musculatura y relajar)

  • Caminar durante 10 minutos al día a una velocidad que nos agite la respiración y nos acelere el corazón liberando oxitocina.

  1. Practicar el agradecimiento: 

Se trata de un hábito que obliga a nuestra mente a centrar toda su atención en todo aquello que funciona en nuestra vida: cosas positivas que tenemos y que provocan en nosotros emociones beneficiosas. 

  1. 7 horas de sueño: 

Dormir es vital. Durante el descanso nuestro cuerpo se recupera y la mente se relaja. Reducimos estrés, ansiedad y fortalecemos nuestros sistemas de defensa...

Por último, menciona la práctica del afecto y la amabilidad... las relaciones positivas con las personas de nuestro entorno, no solo elevan nuestros niveles de oxitocina, sino que también ¡mantienen controlado nuestro colesterol!