Sarcopenia: la pérdida gradual de fuerza y masa muscular

Su impacto en nuestra salud

¿Qué causa la sarcopenia?

Si bien la pérdida de masa muscular es un proceso natural en la vejez, la combinación de ciertos factores como la falta de actividad física, una mala alimentación, enfermedades crónicas o cambios hormonales inherentes al envejecimiento  (como la disminución de la producción testosterona o la hormona del crecimiento) son los principales causantes de acelerar su evolución. 

¿Cómo influye en nuestra salud?

La sarcopenia puede tener un impacto significativo en nuestra salud y envejecimiento. Algunos de sus efectos más destacables son: 

  1. Disminución de la fuerza y la movilidad: La pérdida de masa muscular y fuerza puede resultar en una disminución de nuestra capacidad de realizar actividades físicas cotidianas, como levantar objetos pesados, subir escaleras o caminar distancias largas.

  2. Aumento del riesgo de caídas y lesiones: La debilidad muscular y la pérdida de equilibrio aumentan el riesgo de caídas y lesiones, lo que puede tener consecuencias graves, especialmente en adultos mayores, como fracturas óseas y lesiones en la cabeza.

  3. Disminución de la independencia funcional: La sarcopenia puede afectar la capacidad de las personas para vivir de forma independiente, ya que puede dificultar tareas cotidianas como bañarse, vestirse y cocinar.

  4. Mayor riesgo de enfermedades crónicas: La sarcopenia se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la enfermedad cardiovascular y la obesidad, lo que puede tener un impacto negativo en la salud general y la calidad de vida.

  5. Reducción de la densidad ósea: La pérdida de masa muscular también puede estar asociada con una disminución de la densidad ósea, lo que aumenta el riesgo de osteoporosis y fracturas óseas.

  6. Aumento de la fatiga y la debilidad: La sarcopenia puede provocar fatiga crónica y debilidad generalizada, lo que puede afectar la capacidad de realizar actividades diarias y afectar la calidad de vida.

¿Qué podemos hacer para prevenir la pérdida de músculo?

Para prevenir la pérdida de músculo y combatir la sarcopenia, es importante llevar un estilo de vida activo y saludable. Esto incluye actividades físicas que involucren ejercicios de fuerza, como levantamiento de pesas o entrenamiento de resistencia. Además, mantener una alimentación equilibrada y rica en proteínas para promover el crecimiento y mantenimiento muscular. En algunos casos, pueden ser necesarios suplementos nutricionales o terapias hormonales bajo la supervisión de un médico.

Es importante tener en cuenta que la evolución y la gravedad de la sarcopenia pueden variar según cada individuo, pues están influenciadas por factores como la genética, estilo de vida o la presencia de enfermedades crónicas.

Si bien la sarcopenia es más común en adultos mayores, es importante empezar a tomar medidas preventivas desde una edad temprana para mantener la salud muscular a lo largo de la vida. 

¿Por qué es tan importante la masa muscular en la vejez?

La masa muscular juega un papel crucial en la vejez, ya que ayuda a mantener la fuerza y la movilidad. Tener una buena cantidad de masa muscular puede ayudar a prevenir caídas y lesiones, mejorar la calidad de vida y facilitar la realización de actividades diarias. Además, la masa muscular también puede ayudar a acelerar el metabolismo y mantener un peso saludable.

Finalmente, es importante tener en cuenta que la sarcopenia no es inevitable y que se pueden tomar medidas para prevenirla o retrasar su evolución. Una buena masa muscular en la vejez es importante para mantener la fuerza, la movilidad y la calidad de vida. ¡Otro secreto para una vida longeva y saludable!

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¿Qué es la sarcopenia?

La sarcopenia es la pérdida gradual masa muscular y fuerza que sucede con el envejecimiento. A medida que envejecemos, nuestros músculos se vuelven más débiles y más pequeños, pudiendo tener un impacto significativo en nuestra salud y calidad de vida.

La pérdida de masa muscular puede variar significativamente según diversos factores, como el nivel de actividad física, la genética, la salud general y el estilo de vida. Sin embargo, se han realizado estudios que determinan que en promedio, a partir de los 40 años perdemos aproximadamente un 5 - 8% de nuestra masa muscular cada 10 años y es, a partir de los 60 años, cuando el proceso se acelera.