¿Qué es la sarcopenia y cómo prevenimos sus efectos?

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¿Qué es la Sarcopenia?

La sarcopenia es una condición caracterizada por la pérdida progresiva de masa y fuerza muscular, comúnmente asociada con el envejecimiento. Sin embargo, aunque estas condición suele manifestarse con mayor evidencia en personas mayores de 60 años, sus efectos pueden iniciarse mucho antes, a partir de los 30.

Causas y síntomas

Las causas, como veremos a continuación, son multifactoriales: 

  • Edad: el envejecimiento natural provoca una reducción en la síntesis de proteínas musculares y un aumento en la degradación muscular.

  • Inactividad física: la falta de ejercicio y movimiento puede acelerar la pérdida de masa muscular.

  • Cambios hormonales: la disminución de hormonas como la testosterona y el estrógeno puede contribuir a la sarcopenia.

  • Nutrición inadecuada: una dieta pobre en proteínas y otros nutrientes esenciales puede afectar negativamente la masa muscular.

  • Enfermedades crónicas: condiciones como la diabetes, la insuficiencia cardíaca y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) pueden estar asociadas con la sarcopenia.

  • Inflamación crónica: la inflamación crónica de bajo grado, común en el envejecimiento, puede contribuir a la degradación muscular.

Por otro lado, los síntomas pueden incluir:

  • Debilidad muscular.

  • Pérdida de masa muscular.

  • Dificultad para realizar tareas cotidianas, como levantarse de una silla o subir escaleras.

  • Disminución de la resistencia física.

  • Problemas de equilibrio y mayor riesgo de caídas.

¿Cómo prevenir o ralentizar los efectos de la sarcopenia?

Prevenir o ralentizar la sarcopenia es posible con algunos cambios en el estilo de vida:

  1. Ejercicio regular: incorporar ejercicios de resistencia, como levantamiento de pesas, puede ayudar a mantener y aumentar la masa muscular. También es beneficioso incluir ejercicios aeróbicos y de equilibrio en tu rutina.

  2. Dieta adecuada: consumir una dieta rica en proteínas es esencial para la salud muscular. Alimentos como carnes magras, pescado, huevos, legumbres y productos lácteos pueden ser excelentes fuentes de proteínas.

  3. Suplementación: en algunos casos, los suplementos de proteínas o aminoácidos pueden ser recomendados por un médico o nutricionista para complementar la dieta.

  4. Estilo de vida activo: mantenerse activo en la vida diaria, como caminar, subir escaleras y realizar tareas domésticas, también contribuye a la salud muscular.

  5. Intervenciones médicas: en algunos casos, se pueden utilizar medicamentos o tratamientos hormonales para ayudar a combatir la pérdida muscular.

La importancia de una buena masa muscular

Mantener una buena masa muscular es crucial para una vejez saludable. Los músculos no solo nos permiten movernos y hacer actividades diarias, sino que también juegan un papel vital en el metabolismo y la regulación de la glucosa en sangre. Una buena masa muscular ayuda a prevenir caídas, fracturas y enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2. Además, mejora el equilibrio y la coordinación, lo que contribuye a una mayor independencia en la vejez. Por eso, la detección temprana y el tratamiento adecuado son esenciales.